La iglesia

Parece, por alguna extraña razón, que hay alguna confusión de lo que realmente es la iglesia. Permíteme tratar de aclarar exactamente lo que “La Iglesia” realmente es– La Iglesia es el cuerpo de Cristo Jesús.

Todos los creyentes, todos los que han sido salvos por la sangre del único engendrado Hijo de Dios el Padre, NOSOTROS somos la iglesia.

Somos aquellos de los que el Señor Dios tiene grandes expectativas y hacemos muchas cosas, todo para promover los beneficios del Reino de Dios y difundir la buena palabra del Salvador resucitado.

También somos el campo de batalla entre el cielo y el infierno, ¿Qué quiero decir? ¡Somos y debemos ser guerreros de la oración!

Vemos al mundo hundirse en las entrañas del infierno, y gran parte de la razón es porque no estamos orando contra la maldad del mundo, el mal ha impregnado todos los aspectos de la sociedad hasta el día de hoy y ya no intenta ocultar su feo rostro al amparo de la oscuridad.

Envíe un mensaje anoche que contiene un link que muestra cómo un departamento burocrático del gobierno (el CDC) ahora está promoviendo y apoyando lo que creo es una de las más atroces abominaciones a la creación de Dios que jamás podría imaginar (hombres transgenero amamantando bebes) Nisiquiera pude ver el anuncio en su totalidad porque me estaba enojando tanto que tuve que alejarme.

Efesios 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.

Cuando empezamos  a enojarnos, empieza nuestra propia ira, debemos alejarnos y comenzar a orar, me enojé tan rápido que el Espíritu Santo me empezó a impulsar a escribir este comentario solo para que mi forma de pensar pudiera ser lo suficientemente clara y pudiera orar según la voluntad de Dios. Personalmente, culpo a los cristianos por el mal que hay en el mundo.

¡Si, lo leíste bien! vamos a un servicio dominical a escuchar un sermón, tal vez algunos lleguen a la escuela dominical. Mucho menos asistirán al servicio del miércoles por la noche y ese es todo el tiempo que estamos dispuestos a darle al señor.

Hacemos nuestras listas de oración, generalmente aquellas que solo contienen necesidades percibidas del edificio de la iglesia o posiblemente las necesidades de algunos miembros de la congregación inmediata o de sus familias, pero descuidamos orar por la presencia de Dios en nuestras entidades gubernamentales y no le pedimos al Señor Dios interceda en los asuntos de nuestra nación y de aquellos elegidos para dirigirla.

Hermanos y hermanas, ya es hora de que nosotros, como Iglesia, nos quitemos los laureles y comencemos a servir al Reino de Dios;

¡Debemos empezar a servir al Señor! Ya no podemos permanecer en silencio y simplemente entristecernos por los acontecimientos de este mundo.

¡Debemos prepararnos vistiéndonos de toda la armadura de Dios e ir a la guerra en oración contra el mal que estamos presenciando! ¡En Santiago 4 se nos dice que no lo hemos hecho porque no le pedimos a Dios! ¡¡¡Es hora de que empecemos a pedirle a Dios!!!

Creo que es prudente aplicar lo que yo llamo la regla de Pablo: cuando el calderero agravió a Pablo, no le pide venganza a Dios. Pablo dijo “que ese hombre reciba la medida del Señor”. ¡Creo que lo mejor que podemos hacer es orar fervientemente para que Dios ponga Su mirada sobre la situación y derrame Su medida según Su Voluntad!

¡Esta cosa vil que está promoviendo el CDC es una abominación a Dios! Y así como el pueblo oró y fue escuchado en el Cielo por las actividades de Sodoma y Gomorra, ¡debemos orar para que Dios considere las actividades del CDC con respecto a los niños inocentes de nuestra nación!

Os ruego, hermanos, orad y orad con fervor. ¡No hay tiempo que perder!


Kenneth Kellar
Un hombre Llamado por Dios para Enseñar y Discipular